Es increíble, pero después de tantas veces navegado, siempre me maravilla la belleza cambiante del caño Sancti-Petri.
Este domingo salimos desde Gallineras hasta la punta del Boquerón un grupo en el que se encontraban Quica, Sara y Tom, que es la primera vez que navegaban por el caño y una de las pocas que lo navegaban en un kayak.
Aunque cansados, se marcharon contentos y con ganas de volver.
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