La lluvia no impidió el Día de Nochebuena que más de una veintena de piraguas descendieran el Duero en Soria para colocar el tradicional belén acuático que permanece cada Navidad en un peñón del río. Con la delegación de piragüismo de Soria a la cabeza, unas 25 personas se sumaron a este rito que se celebra cada tarde desde el año 1984. El ascenso de los termómetros permitió que el río Duero, helado en días anteriores, se deshelara y las piraguas pudieran recorrer los 800 metros que discurren entre el paraje del Sotoplaya y el peñón situado junto a la presa del Perejinal.
Una vez allí, piragüistas y piraguas accedieron a la isleta del río y depositaron el nacimiento en madera sobre una estaca de modo que resista las inclemencias del tiempo. Como manda la tradición, los piragüistas brindaron con cava y probaron los tradicionales turrones que acompañaron con villancicos
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