Todo un éxito, eso es lo que ha sido la 73 edición del Descenso Internacional del Sella.
Hago un poco de historia de lo que nos ha llevado, a Rafa y a mi, ha participar en la 73 edición de este mítico descenso.
Ambos tenemos a nuestr@s hij@s en el grupo scout San Jorge 310, y este año el grupo se ha desplazado, de campamento de verano, a Las Barcenas, localidad de la comunidad autónoma de Cantabria. Rafa y yo hemos asistidos como parte del equipo de cocina.
El tiempo de camino que hay entre donde estamos acampados y Arriondas, pueblo donde se encuentra la salida de la carrera, es de 1:26h. Y claro después de cruzar España, para estar de cocineros, quien no se desplaza a menos de una hora y media, para ver y “participar” en tan épica competición.
La carrera daba comienzo a las 12:00h del día 8 de agosto. Rafa y yo, salimos del campamento a las 7:30h, con la misma ilusión con la que un niño se despierta el 6 de enero. Llovía con ganas…
Como nos decía “tonton”, el GPS, llegamos a las 9:00h. Aquello era un hervidero, personas y piraguas por todas partes y para colmo el festival de música Aqüasella. Este festival es un macro-concierto donde acuden más de 35.000 personas y se encuentra a escasos dos kilómetros de la entrada de Arriondas. Seguía lloviendo…
Cuando llegamos al puente que da acceso al pueblo, la Benemérita nos desvió hacia las afueras. Antes de reemprender la marcha le pregunte al miembro de la Guardia Civil: ¿Dónde se puedo aparcar el coche? La cara del picoleto (lo de picoleto desde el cariño) fue de sorpresa ante la pregunta con mi acento andaluz. Pero peor se me quedo a mí la cara cuando oí su repuesta, con un acento “astur” muy pronunciado, la respuesta no fue otra que “donde puedas hijo, donde puedas. Continúe hijo continúe” así que Rafa, que era que el llevaba el coche arranco y nos dirigimos hacia Cangas de Onis y como a unos 4 kilómetros de Arriondas, encontramos aparcamiento en el arcén de la nacional.
Después de la caminata llegamos al punto donde el Guardia Civil nos desvió, al puente de Arriondas, eso eran ya las 9:45h y sin un café encima, así que nos paramos en uno de los cientos de puestos que allí hay y nos metimos entre pecho y espalda un bocata de panceta y queso (sano no será pero nos sentó de bien). Seguía lloviendo…
Dimos una vuelta por el pueblo, para ver el sitio donde teníamos reservadas la piragua y para ver el ambiente: todos los rincones eran una fiesta, ojo que eran las 10 de la mañana. Después de contactar con la empresa de alquileres nos dirigimos de nuevo a la entrada del pueblo y sin querer nos paramos en el puente, junto a un atril que allí había, y pensamos que ese era un buen sitio para ver la salida. Llovía más todavía…
Aún eran las 10:30h, así que nos quedaban 90 minutos de espera, no se si he comentado que llovía, pero nuestra ilusión podía más que el agua y el frío. Nuestro plan era ver la salida, a las 12:00h, y a las 12:30h salir con la piragua de alquiler. Piragua de alquiler, que como ya comentara Andrés en su día, son muy novedosas pero muy pesadas.
A eso de las 11:30h, a la vez que los Tritones (grupo de gente vestida de amarillo que se echan al río para sacar a la gente y ayudar a los piragüistas) el director de ceremonias empezó a hablar por el micrófono nombrando las empresas colaboradoras, más de 50 empresas, así como los lugares de procedencia de los piragüistas (de todas partes de España y más de 30 países). Este año la organización del descenso del Sella, y los Ayuntamientos de Arriondas y Ribadesella se habían hermanado con el Ayuntamiento de Sanlucar de Barrameda y sus carreras de caballos. El objetivo era unir las cuencas del Sella y la del Guadalquivir. Rafa y yo nos emocionamos al sentirnos testigos de excepción de ese acto tan emotivo y a la vez tan lejano de casa.
A las 11:55 el padrino de este año, el arbitro de fútbol Brito Arceo, empezó a cantar el himno de Asturias, fue seguido por casi las 40.000 gargantas que allí se encontraba y justo después de terminar el himno, y una vez que los cepos se abrieron, los 600 piragüistas se lanzaron al agua. Por cierto, la primera vez que escucho ”el Asturias patria querida” de gente que no esta bebida…
Había de todo tipo de piraguas (k1, k2, k3, k4, c1, c2, tablas de surf, balsas hinchables, etc…)
Con el mono de ver tanta gente en agua y nosotros en tierra nos fuimos hacia la empresa de alquiler a coger “nuestro frigorífico” nos dieron los chalecos el bidón con la comida y las palas, que eran muy pequeñas. A las 12:35h estábamos en el agua y empezamos a remar como Rafa y yo remamos habitualmente. Es decir, fuerte muy fuerte…
No llevábamos ni 300 metros remando que nos encontramos a gente (no confundir con los tritones) bañándose en el río al llegar a la atura de ellos nos dicen “pues nada chicos al agua” he intentan volcarnos. Inmediatamente se me ocurre enseñarle la cámara y decirle que no es acuática y nos dejan pasar, no así a la pareja que nos seguía que fueron volteados. Al seguir nos encontramos con otro grupo y empleo la misma técnica de decirle que la cámara no es acuática, pero entre los que allí había dice: “esa cámara es acuática yo la vendo” y claro intentan volcarnos, pero Rafa y yo nos defendemos con diente y uñas, pero nada la piragua se nos inunda obligándonos a parar para vaciar toda el agua.
Después de esta obligada parada empezamos palear, Rafa en proa y yo en popa, y a un ritmo bueno. Podéis pensar que para una vez que se va al Sella, es para hacerlo tranquilamente observando el paisaje, y es cierto, pero para verlo tranquilamente lo haremos el sábado día 15 que lo volveremos a bajar, pero esta vez con la familia.
Como decía íbamos todo lo bien que el material (piragua, remo, chaleco, etc…) nos permitía. No tardamos en empezar a encontrar por el río material de todo tipo, piraguas rotas, palas abandonadas, piraguas solas (sin tripulante) bajando el río, etc… es decir las delicias de un club que empieza y quiere hacerse con material de competición. Evidentemente no pudimos coger nada pues no teníamos donde transportarlo, pero sinceramente estuvimos a punto de pararnos a desmontar una de piraguas que vimos en el río.
A los 50 minutos, de bajada, empezamos a alcanzar a regatistas oficiales, es decir, los que habían tomado la salida a las 12:00h y llevaban dorsal. Los primeros eran dos chicos de Bilbao y los tres siguientes fueron personas de Oviedo. Cuando los adelantábamos les preguntábamos de donde eran y cuando nos preguntaban a nosotros les decíamos que éramos del Club San Fernando Kayak, de San Fernando en Cádiz, por supuesto no tenían ni idea de que le hablábamos.
Cuando llegamos a la meta, la empresa que nos alquilaba la piragua acababa de llegar para recogernos y nos decían que era imposible que hubiésemos tardado tan poco tiempo y además con ese tipo de piraguas. Eso nos hizo plantearnos una pregunta: ¿si hubiéramos ido con nuestras Oasis y con un poco de preparación, habríamos hecho un buen papel? Eso nunca lo sabremos… Lo cierto es que los chavales del lugar estaban alucinados con nuestro tiempo (1:40h aprox), eso si con meta en el puente del ferrocarril y no en el puente de Ribadesella.
Pues esto ha sido todo y decir que la experiencia ha sido única y hacer mención a la organización, que se nota que no era la primera vez que lo hacían.
Nuestra entrada en Arriondas.
Un K2 partido por la mitad abandonado.
Ahhhh y que seguía lloviendo… La madre que parió al norte y sus campos verdes. No van a estar verde si hemos estado, entre Cantabria y Asturias, 14 días y el sol ha salido 3 días y nos ha llovido 11 días… 4 de ellos sin parar…
Sean Felices.
Antonio.
mas fotos
Un K2 partido por la mitad abandonado.
Un vídeo de nuestra aventura...
Ahhhh y que seguía lloviendo… La madre que parió al norte y sus campos verdes. No van a estar verde si hemos estado, entre Cantabria y Asturias, 14 días y el sol ha salido 3 días y nos ha llovido 11 días… 4 de ellos sin parar…
Sean Felices.
Antonio.
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3 comentarios:
Enhorabuena por vuestra participación, la falta de noticias, me creia que no habiais podido ir.
Me he emocionado con la foto ultima del video cogiendo a los participantes, del descenso, yo creo que eso tiene que ser de record. No me lo puedo creer...!!!que bestias sois remando¡¡¡
Gracias por tu relato Antonio.
Más admiro los prolegómenos de vuestro descenso que la rapidez con que habéis bajado. Y es que la ilusión nos hace salvar dificultades que pensadas en frío nos harían dudar de su ejecución. Después del paseo en coche, no encontrar dónde aparcar y recorrer andando cuatro kilómetros para atrás bajo la lluvia y el paisaje gris… Eso sólo lo podemos hacer con la afición y la ilusión que le ponemos. Y es que en esto de los kayaks nos volvemos como niños. Gracias también por vuestras imágenes.
Yo, que como te conté, hice el descenso del Sella junto a mi mujer en un día totalmente soleado y con una temperatura estupenda. El agua, el paisaje, el ambiente –que lo hay durante todo el verano, aunque no tanto como ese día- los pequeños saltos de agua… fueron los que a mí me hicieron engancharme a este mundillo y me inoculó el virus del kayak. Espero que el sábado hayas podido tener unas mejores circunstancias para la bajada y si no para otro año.
Enhorabuena a los dos.
Hola Patronio:
Lo del tiempo solo es testimonial, pues no hay crono oficial que lo testifique, y además con 1.65mts de altura y 95 kgs de peso no puedo ser ningún tipo de atleta, jejeje.
Es para mi un placer narrar mis experiencias en este mundo.
Y con la familia el descenso ha sido muy diferente al día de la competición, es otro tipo de experiencia, pero también encantadora. Ese día el clima se porto.
Saludos.
Antonio.
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